Agencia informativa CONACYT entrevista a Grupo Ajau

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Mérida, Yucatán. 10 de junio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El Grupo Espeleológico Ajau es una asociación civil conformada por once personas que durante 19 años se han dedicado a la generación de conocimiento y protección de cenotes y grutas del estado de Yucatán, constituyendo uno de los registros arqueológicos, antropológicos, topográficos e históricos más importantes en la región.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Carlos Evia Cervantes, catedrático de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), señaló que el grupo se formó debido a la falta de atención de las instituciones públicas en torno a las cavidades de Yucatán.

«Esto repercute en el público que, de manera consciente o inconsciente, también está deteriorando o contaminando los espacios subterráneos. Nosotros sentimos que debemos hacer estos estudios para preservar el conocimiento de lo que aún puede rescatarse», señaló.

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La espeleología se define como la disciplina científica que estudia las cavernas o los espacios subterráneos. Entre sus aplicaciones, existen grupos que visitan cuevas para realizar deportes extremos y otros que acuden por fines turísticos. El Grupo Espeleológico Ajau, si bien disfruta a su manera como los otros tipos de grupos, tiene como objetivo la generación de conocimiento a partir del registro minucioso de las características de las cuevas y su relación con la sociedad.

¿Qué observa la espeleología?

Tanto a nivel peninsular y nacional, los grupos espeleológicos están enfocados en las actividades relacionadas con conocer una cavidad o un espacio subterráneo, medirlo y registrar su morfología, así como con la observación, estudio y registro de los elementos culturales. «Por elementos culturales me refiero a todas las manifestaciones que han realizado los humanos desde épocas remotas, por lo que implica una visión holística del estudio de las cuevas con un enfoque social», apuntó el investigador.

A través del trabajo de exploración, el grupo determina también la temporalidad de los elementos rupestres en las cavidades y las alteraciones efectuadas, ya sean arqueológicas, coloniales, históricas o modernas. Con esto, también pueden observarse los diferentes patrones de uso y funciones que las cavidades han tenido a lo largo del tiempo.

La cerámica y los elementos líticos artificiales que se han trabajado por los humanos de la antigüedad son algunos elementos culturales que también pueden identificarse. Debido a que muchas cavidades de la península son secas, suelen ser saqueadas continuamente y sus elementos se alteran de manera intencional, lo que representa una de las consecuencias graves que tienen las actividades turísticas poco reguladas.

De acuerdo con la arqueóloga Fátima Tec Pool, el primer paso de la exploración es una visita de prospección para conocer la morfología de la cueva y determinar si se requieren técnicas verticales o no. En la segunda visita se realiza un registro formal con el equipo de fotografía y topografía; se realiza un mapeo de los elementos culturales importantes y se registra la existencia de cuerpos de agua.

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Después del registro de los espeleotemas y los elementos culturales, se redacta un informe, una bitácora y una cédula, que usualmente exige mucho tiempo de dedicación. En esta se depositan los datos que cada miembro investigó y, una vez terminado, puede publicarse de manera libre.

Banco de información

Después de muchos años de trabajo, el equipo ha conformado una base de datos que contiene las cédulas o «actas de nacimiento» de las cuevas, con sus respectivos diagnósticos y mapeos. «Es un registro que puede consultarse por cualquier persona que esté interesada en una investigación al respecto, no sabemos ahora cuál será su impacto pero creo que es importante que empecemos a documentar, ya que hemos visitado lugares y cuando regresamos algunos años después, observamos que ya fueron alterados», indicó Tec Pool.

Los hallazgos son reportados al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), notificando también a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (Seduma). El registro de la fauna se comparte en una página de la Comisión Nacional para el conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), con el fin de identificar mejor las especies. Asimismo, se han realizado colaboraciones con instituciones como la Universidad de Campeche, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y la organización civil Pronatura.

«Nos piden consulta cuando un lugar se ha alterado o cuando se va a construir un proyecto turístico. Nosotros hacemos una visita previa e informamos sobre si puede funcionar o no, según las características. Procesamos muchas partes de toda esta documentación, lo publicamos y lo difundimos», indicó la arqueóloga.

Los resultados son difundidos en congresos, universidades, revistas, periódicos y se publican en línea para su consulta y descarga. «Es una ventaja porque puede servir para que otros grupos de exploración tengan un modelo de registro y que sea una motivación para quienes quieren continuar con el mundo de las cuevas, ya que nosotros solos no nos daríamos abasto».

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La profesionalización del equipo ha contribuido a mejorar el tipo de registro que ha realizado en los últimos años en los diversos aspectos de la exploración, como la toma de fotografías, el estudio de cerámica y la elaboración de mapas, donde cada miembro que participa nutre al equipo en un aprendizaje continuo.

Equipo multidisciplinario

El Grupo Espeleológico Ajau se ha constituido por atracción y no por promoción. No realizan invitaciones ni publican convocatorias debido a que la espeleología es una actividad riesgosa que implica que un accidente pueda tener como consecuencia una muerte o el contagio de enfermedades como la histoplasmosis y la rabia.

Cuando un voluntario se une al grupo recibe una capacitación especial y debe adquirir su propio equipo, que consiste en un overol, un casco con lámpara dosada, una lámpara de emergencia, botas especiales, equipo de medición, agua y alimentos energéticos, ya que el recorrido por las grutas consume mucha energía. En conjunto, requiere un presupuesto grande que corre a cuenta del voluntario; por la constitución del grupo, depende del interés genuino de las personas dispuestas a cubrir todas estas necesidades.

Una característica importante del grupo que lo distingue de otros que practican actividades similares, es que durante toda su formación ha procurado tener un enfoque social, con el objetivo de que los resultados de las actividades desarrolladas sean de utilidad para la gente.

De acuerdo con María Luisa Paredes, el grupo se ha comprometido a respetar el orden jurídico del trabajo espeleológico en Yucatán, por lo que únicamente visitan lugares con permisos autorizados por parte de la autoridad. Como resultado de esto, también el gobierno ha mostrado interés en consultar con el grupo sobre las problemáticas de contaminación que rodean las cavidades del estado.

Esto también ha generado la implementación de reglamentos internos en el grupo, así como el registro minucioso de las actividades que se realizan anualmente, ente las que se encuentran diversos talleres de capacitación a guías de turistas.

«Queremos que los productos de nuestro trabajo sirvan a las comunidades. En esta línea, estamos dando educación a quienes quieren convertir sus cuevas y cenotes en recursos turísticos de forma permanente, y de esta manera contribuimos a la actividad económica que desean llevar a cabo», apuntó Carlos Evia Cervantes.

 

Enlace http://conacytprensa.mx/index.php/sociedad/asociaciones/7508-grupo-espeleologico-ajau-reportaje

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